jueves, abril 14, 2011

Piratería ¿Un mal necesario?



La piratería en el caso de programas (software), películas, videos, etc. es la utilización sin autorización o sin la compra de los derechos de una producción de cualquier índole, película, programa o material con derecho reservado. Algo a todas luces ilegal, que afecta los ingresos de la empresa, organización o el autor que lo crea el cual realiza una inversión y tiene el derecho del uso o no del material creado. Pero hay que reconocer que si no existiera la piratería, la cantidad de personas que no tendrían acceso a la computación, al cine, etc. sería increíblemente significativa, pues según estudios, un 80% de los usuarios tiene software o programas ilegales en su computadora, es decir que de cada 10 personas, 8 tienen los programas ilegales, debido a que, por ejemplo, una licencia de Microsoft Office Profesional 2010 cuesta RD$17,300, un monto muy elevado en un país como el nuestro, donde el salario mínimo de un ciudadano es de RD$8,000 y donde, si no existiera la piratería, la brecha digital o la separación entre los que tienen acceso a la tecnología y los que no, sería mucho más abismal que lo que es. Por eso me pregunto: ¿Es la piratería un mal necesario?

Guacanagarix un fenómeno presente en la era digital



Guacanagarix fue el nombre de un Cacique taíno gobernante del Cacicazgo de Marién que a la llegada de Cristóbal Colón a su Cacicazgo, se mostró complaciente y generoso, quiso agradarlo con oro y a cambio le regalaron espejos, ya que no conocía este objeto y nunca había visto su propia cara. Un hecho que hace recordar al Cacique Guacanagarix como un pro extranjero, una condición que está muy presente actualmente en nuestra realidad social, pero con mucha fuerza en el área de la tecnología y las telecomunicaciones, donde existe una seducción ante cualquier supuesto técnico o experto extranjero que en la mayoría de los casos está por debajo de la formación, experiencia y capacidad del talento local.

Ayuntamientos afectan sector telecomunicaciones



Es preocupante como los ayuntamientos, en su deseo desbordado de captar recursos que en la gran mayoría de los casos son para enriquecer ilícitamente a los alcaldes, están afectando las inversiones de nuestro país en materia de telecomunicaciones, cobrando tarifas exorbitantes y dificultando las operaciones de las empresas del sector telecomunicaciones.