Como casi todo en nuestro país, la asignación y distribución de frecuencias es un desorden, que hace necesario el despliegue de un verdadero Plan Nacional de Atribución de Frecuencias bajo criterios técnicos y de políticas regulatorias, no como se está haciendo actualmente, donde el Instituto Dominicano de las Telecomunicaciones (INDOTEL) pretende atribuir aproximadamente ochocientos Mega-hertzios (800 MHz) a servicios móviles con una premura y falta de rigor que ha impedido que en dicha adjudicación participen nuevas empresas internacionales que podrían venir al país, generar competencia y provocar un abaratamiento de precios dinamizando el mercado.
Adquirir esas frecuencias que actualmente licita INDOTEL obliga a las empresas u operadores a un despliegue de cobertura nacional (rollout) en 36 meses que no solo es muy poco tiempo sino que requerirá de una gran cantidad de recursos de las prestadoras en un momento de colapso del sector, con un órgano regulador que tiene un equipo técnico-evaluador sin experiencia en licitaciones de frecuencias, dirigido por un miembro del consejo que al igual que muchos de los miembros responde a intereses de oficinas privadas de abogados, lo cual está afectando seriamente el desarrollo del sector telecomunicaciones.
Preocupa también que las frecuencias se liciten sin el apoyo administrativo sobre los permisos requeridos, urge la implementación de la ventanilla única para que las empresas de telecomunicaciones puedan gestionar sus permisos y tramitaciones desde el órgano regulador, que deberá en menos de 72 horas gestionar y garantizar todos los permisos para la colocación de antenas, cableados, etc.